El recuerdo de un Campanita de color celeste

El año 2021 se despidió para siempre de la hinchada celeste a los 86 años, el voluntario insigne de Bomberos de Chile e integrante de la Compañía de Bomberos N° 11″ Victoria” de Iquique, José Salinas Salinas.

Este personaje querido por todos, era conocido como “Campanita”, ya que durante las fiestas de navidad, representaba al clásico viejito pascuero recorriendo las calles citadinas o porque al meter un gol el Dragón Celeste, remecía su campana con la algarabía de la galería gritando a rabiar, ¡vamos Iquique!.

Su figura es parte de la memoria colectiva iquiqueña. En la mía aparece vendiendo dulces (sapitos, inkat, media hora, oba oba, tifanny y las papas fritas caseras ) en la matiné del cine Tarapacá aguardando en la fila para ver la película “Fiebre de Amor” por el año 1985. También vendiendo helados en los desfiles dominicales o instalado con su carro en alguna puerta de un colegio. Con su particular bigote al estilo western italiano; conversaba con grandes y chicos, fíaba dulces con el clásico, “después me lo pagas”.  En scout del “grupo Emporchi”, todos los sábados llegaba con el carro diciendo, ¿quién va a comprar?.  Aunque es en el estadio, tiempos dónde no cabía un alfiler, época donde la hinchada se estremecía con un bronce y los cánticos de la señora Zunilda, cuando aparece en la escena local, el inolvidable “Campanita” alentando a los jugadores con un talán de esperanza. Que lujo, que honor el niño que tocó esa campana o simplemente pudo custodiarla.

Bueno el domingo 13 de abril de 1980, Iquique se enfrentaba en la final de la “Copa Polla Gol” a un poderoso Colo-Colo que venía de jugar la Copa Libertadores con figuras de la talla de Carlos Caszely, en un colmado Estadio Nacional, al cual llegaron alrededor de cinco mil iquiqueños que viajaron más de 1.800 kilómetros para apoyar a los “Dragones Celestes”. Cuenta la leyenda urbana que para la final, los hinchas hicieron una vaca para llevarlo a la ciudad de Santiago.

De carácter simpático, alegre, risa fácil, ameno y bueno para la talla, José Salinas se vinculaba afectivamente con el iquiqueño de barrio.

El Superintendente del Cuerpo de Bomberos, Marcelo Zúñiga instruyó ese año izar todas las banderas de los cuarteles a media asta.

La ciudad poco a poco se está quedando sin nuestros viejos, ese relato cotidiano y vivencial que nos transporta al pasado iquiqueño. El cielo se está poblando de otro devoto de la Virgencita del Carmen e hincha número uno de “Deportes Iquique” .

Que el eco de cada campanada se repliegue aquí en la “Tierra de Dragones” como en el cielo.

¡Gracias Campanita por estar en las buenas y en las malas! Vivirás por siempre en los corazones celestes.

#plumaiquiqueña

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